Ahora tocar mirar hacia delante y continuar el camino. Hay muchos frentes abiertos y estoy seguro de que entre todos podremos ir logrando nuestras metas.
Por: Germán López, 2 de abr 2018.
¡¡Hola amigos!!
Han pasado algunos días de un fin de semana para la historia.
Desde el pasado viernes y hasta el domingo se dieron cita en el municipio lanzaroteño de Teguise un grupo de personas amantes de la música, del timple. Hubo lutieres o artesanos o fabricantes de timples; hubo timplistas profesionales; hubo docentes del timple; hubo “amigos” del timple, es decir, gente que dedica gran parte de su tiempo al disfrute de todo lo relacionado con el timple, desde ir a conciertos a inmortalizar todo lo que ocurre en torno a nuestro instrumento nacional.
A priori cabe pensar que hay posturas encontradas y puntos de vista que nada tienen que ver entre unos y otros, simplemente porque las metas quizá sean diferentes y los centros de interés de cada colectivo puedan no coincidir.
¡¡Pero cuál fue mi sorpresa al llegar el sábado a la asamblea!!
Todo el mundo con el que hablaba estaba entusiasmado, motivado e ilusionado por todas los actos que había habido en esa mañana y el viernes anterior. Charlas, mesas redondas, conciertos… y, sobre todo, el encuentro cara a cara de todos nosotros. Creo que no me equivoco si afirmo que estas jornadas han sido un éxito rotundo. Un éxito rotundo para el timple.
Doy las gracias a todo el mundo por su participación, por su dedicación al timple y sobre todo a aquellas personas que estuvieron meses trabajando para que todo estuviera al día. Es muy complicado organizar un evento de esta índole, y los socios implicados en la organización han hecho un trabajo extraordinario. Es muy emocionante ver la dedicación desinteresada de tanta gente.
Doy las gracias una y mil veces.
Ahora tocar mirar hacia delante y continuar el camino. Hay muchos frentes abiertos y estoy seguro de que entre todos podremos ir logrando nuestras metas. Sigamos así y que este encuentro en Teguise sea el comienzo de una nueva etapa.
Un abrazo enorme.
Germán López.